Cuántas veces he sentido como mamá, que se me agotan las ideas cuando se trata de programar una salida con mis hijos. Es que cuando llega el fin de semana, una termina tan cansada, que lo primero que se te viene a la mente, es quedarte en casa, pero sí ves que ya toca hacer algo diferente, lo primero que se te pasa por la cabeza es ir al cine, pasear por Larcomar, comer en algún restaurante favorito de tus pequeños y la lista de ideas acaba…
El otro día, me puse a pensar cómo podría salir de la rutina e intentar programar algo diferente en familia, así que comencé a buscar en internet cosas divertidas para niños, pregunté a algunas amigas y finalmente salimos un poco de lo convencional. Y se los quiero contar, pues la experiencia termina siendo más barata y a la vez excitante para nuestros hijos que no salen fuera de los distritos convencionales y comerciales.
Nuestra primera parada el último domingo fue en Minimundo, el Circuito Turístico de Lima en miniatura ubicado en Jesús María. Aunque el espacio no está muy bien conservado, sigue siendo atractivo, pero confieso que mis hijos pasaron más tiempo entre los inflables y escaladoras. Allí la pulsera por niño te cuesta 30 soles y puedes quedarte todo el tiempo que quieras.
Allí permanecimos casi dos horas para luego dirigirnos hacia el Centro de Lima. Llegamos a la Plaza de Armas, donde cogimos un simpático trencito para disfrutar de un breve recorrido por los principales atractivos turísticos de esa parte de la ciudad. Pagamos 5 soles por adulto y 3 soles por niño. Eso duró algo de 20 minutos.
Luego, sólo caminando, llegamos hasta la famosa Calle Capón, donde disfrutamos de un delicioso almuerzo en uno de sus chifas y Matteo hasta intentó aprender a comer con palitos chinos.
Luego, regresamos caminando nuevamente hacia el Centro de Lima y nos encontramos con las famosas estatuas vivientes, que cada vez están mejor producidas. Ellos quedaron fascinados entregando sus monedas y teniendo la oportunidad de tomarse fotos con cada uno de estos personajes. Algo a lo que no están acostumbrados a ver todos los días, así que les llamó muchísimo la atención.
También encontramos ambulantes vendiendo mamey, que es una fruta que amamos en mi casa pero no la encuentras en todo sitio y hasta comimos coco fresco…
Bueno, allí nos dieron casi las cinco de la tarde, y ya camino a casa compramos hamburguesas parrilleras y nos preparamos unos deliciosas hamburguesas que acompañó a una serie familiar de Netflix.
Creo que este paseo, nos puede sacar un poco de la rutina, así que pueden intentar esta experiencia simple y nada costosa.
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