Yo soy de las personas que no cree en temas como el “mal de ojo” o “el susto”, amén de otras creencias populares; pero mi madre y mi abuela sí. Probablemente las heredaron de sus ancestros. Un día aparece mi madre por casa y me dice: —Hija, ¿te has dado cuenta de que Mikela está como muy nerviosa, muy asustadita? —No, mamá —le digo. —¿Por qué no le dices que le pasen el huevo? —Mamá, ¿para qué le van a pasar huevo? —Aunque tú no creas, es un santo remedio. —Mamá, nosotros no creemos en eso. Fin de la conversación, pero luego la nana me contaba que una vez mi madre, estando sola con mi hija, agarró un huevo de gallina y lo rozó por todo el cuerpito de mi bebé. En otra oportunidad, Mikela estaba con hipo y mi madre me dice que le ponga un papelito pegado con saliva en medio de la frente y veré cómo se le va en un ratito el hipo. Yo me río y le pregunto qué tiene que ver el hipo con el papelito pegado en su frente, y me dice que lo haga nomás, aunque no crea en eso. Obviamente no se lo puse jamás, pero cuando me distraía y me iba a hacer otra cosa, regresaba y encontraba a mi hija con su papelito en la frente y con su hipo a todo dar. Otro día me dice: —Hija, Mikela se está metiendo el dedo al oído. —Le estará picando, mamá —le contesto. —¿No le habrá dado aire a esta criatura? Cuando ustedes eran pequeños, hacía un cartucho de periódico prendido y les ponía en el oído y salía todo el aire que tenían. —¡Mamá, no harás eso porque puedes quemarle el pelo y porque es peligroso! Claro, yo salía un momento y al regresar sentía el olor a papel quemado en todo el departamento. A los cinco minutos, me sale con que la niña está asustada y que debo ponerle una cinta roja con huayruros en la muñeca derecha; y bueno, para que mi madre no se sienta mal y no insista con el tema, le pongo la famosa cintita roja con huayruros. Claro, al final Mikela se lo saca porque le molesta. Un día le digo:
—Mami, la bebe no ha podido dormir en la noche. —Yo te he dicho, esa bebe está asustada. ¿Quién vino ayer a visitarte? —Un amigo. —Ese tipo tiene “ojo fuerte”, hijita, tómalo como consejo y no te vayas a molestar, pero dile a tu amigo que no venga a la casa. Yo tendría que poner fuera de mi casa un cartel que diga: prohibida la visita a mi casa de fulano, mengano, tales y tales, porque tienen “ojo fuerte”. Y es que por más que me niegue a aceptar este tipo de creencias, no voy a pelearme con mi madre, finalmente es la abuela que viene a ver su nieta y hay que entender que ella se crió bajo estas creencias populares que hoy en día ya resultan absolutamente anacrónicas, pero que forman parte de las cosas con las que las madres modernas debemos lidiar todos los días. Finalmente, nuestras madres o abuelas lo hacen porque creen que eso es lo mejor para sus nietas y, aunque resulte risible, algunas veces, hay que darles gusto para que no se sientan mal. Yo decidí no estresarme y llevarme bien con todos, decidí escuchar, más no acatar, simplemente escucho; me entra por un oído y sale por el otro, y a Mauro le parece un chiste todo lo que escucha, no entiende estas cosas de creencias, le parece brujería o actos satánicos. Me dice que lo del huevo es cosa del demonio, y hemos discutido cantidad de veces, porque mi mamá no lo hace con maldad, pero él dice que está loca. Cómo quitarle esas creencias a mi madre que ha vivido toda su vida pensando que esas son las soluciones a los problemas cotidianos de sus hijos; encima me lo ha hecho a mí; yo no me alucino con un papel pegado en la frente caminando por la calle o con cintas rojas en la mano. ¡Menos mal que no lo recuerdo, porque si no me convierto en parricida! Aunque no comparto esas creencias, soy respetuosa de las personas que se aferran a esos “truquitos”. Por lo general, las que nos sugirieron los huayruros, papelitos pegados en la frente, las pasadas de huevo y todos esos rollos, son nuestras madres, abuelas o tías abuelas. Así que, si ellas se sienten felices con eso, hay que dejarlas ser. Total, Mikela está viva y nunca le pasó nada después de tantos huevos crudos que pasaron sobre su cuerpo, las decenas de papelitos mojados en su frente y la cantidad de huayruros que colgaron de su brazito durante los primeros meses. Si no puedes con el enemigo, únete a él, reza un dicho muy sabio.
Mi abuela tambn tiene esas creencias y aunque soy como tu tampoco creo mucho en esas cosas yo la dejo tanquila para que pelear si a la final ella son sabias . por algo lo hacian antes de que la ciencia avanzara tanto.
Hola María, como tú misma dices son creencias y las respeto y te confieso que aunque muchas veces he dudado de la efectividad de algunos procedimientos, han resultado. Si mi mamá es feliz con ello, la dejo ser feliz. Gracias por escribir. Un beso.
hola, bueno pienso lo mismo, yo no creo en todo eso, es mas ni mi madre ni abuela hizo todo eso, ahora ya que soy un padre, mi suegra y toda su familia cree en eso, siempre me dicen pero yo solo oigo pero no actuo, como dice en articulo no va a matar a la bebe
Exacto mi estimado Frank, eso no mata. Que no estemos de acuerdo es otra cosa, pero esto viene de generación en generación y si lo siguen poniendo en práctica será por algo, no lo crees??? A mí particularmente me ha resultado hasta con mi esposo, a él se le fue literalmente el dolor de oído con ese bendito cartucho. Cómo sucedió??? Vaya usted a saber, lo importante es que le dijo adiós al dolor.
Todo todo lo que escribes me.paso a mi con mi mamá pero siempre le atina y me salva de muchas gracias madre por cuidar de mis bbs
Hola Maky, siempre las mamás tenemos cosas en común y eso es lo maravilloso…el compartir experiencias. Nuestras mamás, casi nunca se equivocan, ellas finalmente tienen más experiencia que nosotras. Besos.
pues lo del cartucho de periodico tiene sentido, al quemarse la parte ancha y con el humo se genera un vacio pequeño en la parte angosta que libera la presion del oido interno, ademas como el humo tiende a ir hacia afuera, no hay mayor riesgo que un pedacito de papel quemado en el oido.
Interesante conclusión!!!
Gracias!
Claro, pero a veces muchas mamis tienen temor de incendiar a sus pequeños…a mí me enseñó mi mamá, así que esto es por aprendizaje.